El sistema nervioso entérico

El sistema nervioso entérico (SNE) es un conjunto de fibras nerviosas ubicadas únicamente en el tracto gastrointestinal. Su función es posible gracias a la presencia de importantes neurotransmisores que pueden producirse de forma local o provenir del sistema nervioso autónomo (SNA).

Relación entre el sistema nervioso autónomo y el sistema nervioso entérico

sistema nervioso autónomo
El sistema nervioso autónomo controla e influye en tu presión arterial, la dilatación de tus pupilas, tu frecuencia cardíaca, tu tránsito intestinal, etc.

El SNA es el encargado de controlar e influir en las funciones relacionadas con los órganos internos. Se encarga, entre otras muchas cosas, de controlar tu presión arterial, la dilatación de tus pupilas, tu frecuencia cardíaca, tul tránsito intestinal, etc. Para poder ejercer este control, el SNA se divide en dos partes antagonistas de suma importancia: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Los dos sistemas se contrarrestan el uno al otro para mantener tu equilibrio corporal o tu homeostasis.

El tracto gastrointestinal, aunque dispone de un tejido nervioso propio, emite respuestas a la influencia del SNA. Para que el sistema nervioso simpático y el parasimpático funcionen correctamente, es necesario que liberen sustancias capaces de estimular neuronas y el resto de tejidos del sistema nervioso entérico. De este modo, los neurotransmisores del SNE responden a esta necesidad y, además, son específicos para cada sistema. Mientras que el simpático usa adrenalina y noradrenalina, el parasimpático usa acetilcolina.

La acetilcolina y el tracto gastrointestinal

La acetilcolina es un neurotransmisor de alta importancia debido a su función mediadora. Es capaz de estimular las funciones motoras (asociadas al movimiento) como secretoras, permitiendo al páncreas y al hígado liberar sustancias para digerir correctamente los alimentos.

La acetilcolina es capaz de estimular el movimiento del tubo digestivo, facilitando el vaciado gástrico, el transporte de los alimentos a lo largo del intestino delgado (digiere y absorbe la mayoría de los macronutrientes) hasta el intestino grueso (mayormente absorbe agua y electrolitos). Estos movimientos son el resultado de reflejos provocados por una inmensa red de conexiones nerviosas que se establecen entre las distintas partes del tubo digestivo y del sistema nervioso central. Para que todas estas conexiones funcionen de manera óptima es imprescindible la presencia de la acetilcolina.

La acetilcolina puede ser producida por los plexos nerviosos del sistema nervioso entérico o puede ser liberada por fibras nerviosas externas que forman parte del sistema nervioso parasimpático.

Adrenalina y noradrenalina en el sistema nervioso entérico

Estas dos sustancias son neurotransmisores que, además, también actúan como hormonas. Su principal función es la de contrarrestar los efectos producidos por la acetilcolina. Ambas sustancias pueden ser sintetizadas por los plexos nerviosos del intestino (SNE) o liberadas directamente en el tubo gástrico por la influencia externa del sistema nervioso simpático.

Una de las funciones principales que llevan a cabo estos dos neurotransmisores es la contracción de los esfínteres. Los esfínteres son un conjunto de grupos musculares distribuidos estratégicamente a lo largo del tubo digestivo. Un ejemplo es el esfínter que se encuentra entre el estómago y el intestino delgado. Este esfínter regula el paso de los alimentos de un órgano a otro. De este modo se permite que el alimento que estaba ubicado en el estómago sea transportado únicamente al intestino delgado cuando la digestión de ciertos componentes haya acabado y esté todo listo para la siguiente etapa.

El encargado de contraer los esfínteres es el sistema nervioso simpático. De esta forma impide el paso de los alimentos de un segmento a otro del tubo digestivo. Si a esto le sumamos la disminución de las contracciones musculares intestinales producidas por la acetilcolina (explicado en el punto anterior), nos da como resultado que el sistema nervioso simpático inhibe la mayoría de las funciones de estos órganos.

La más mínima interferencia en tu sistema nervioso puede ocasionar una simple diarrea o estreñimiento. Pero, ¿Qué pasaría si esa interferencia nerviosa se mantuviera durante un período de tiempo lo suficientemente largo?

Tu sistema de comunicación interno. Relación de tus vértebras con las raíces de los nervios espinales y hacia las partes de tu cuerpo con las que intercambian información.

La quiropráctica y el equilibrio del sistema nervioso

sistema nervioso entérico columna
Mejorar la biomecánica de tu columna mejora el funcionamiento de tu sistema nervioso.

Es sorprendente descubrir cómo, en cada función llevada a cabo por tu organismo, está implicado tu sistema nervioso. Desde respirar hasta hacer la digestión pasando por el simple hecho de parpadear las pestañas.

La finalidad de la quiropráctica es despertar tu capacidad de sanación innata, mejorando el funcionamiento de todo tu sistema nervioso. Tu sistema nervioso es como un filtro de todo lo que percibe y siente tu cuerpo y de todo lo que en él sucede. Cuanto más “limpio” esté ese filtro, con más claridad y exactitud podrá distribuir la información percibida para organizarla allí donde sea necesario.

El ajuste vertebral, además de bajar la inflamación y aliviar el dolor, equilibra tu sistema nervioso autónomo. De este modo mejora la respuesta de tu organismo ante cualquier estímulo recibido. Mejorando la biomecánica de tu columna vertebral y aportando soltura a la misma, se consigue, a base de repetición, deshacer patrones neuronales erróneos que han quedado memorizados. Estos patrones pueden ser causantes de problemas de salud, presentes o futuros. ¿Y si el ajuste vertebral fuera la puerta a cruzar para el cambio de esos patrones neuronales?

Barcelona Quiropractic

En Barcelona Quiropractic hemos sido testigos de cambios sorprendentes. Aún a día de hoy, después de casi 30 años acompañando a personas hacia su bienestar, nos seguimos emocionando como el primer día al ver la evolución de muchas personas que se ajustan con nosotros. Hay un antes y un después. En la mirada, en la expresión, en la actitud, en los hábitos, en la postura.

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Referencias

  1. Arthur C. Guyton, John E Hall. Tratado de Fisiología Médica. 12a Ed. Ed. Elsevier. Barcelona (2011).
  2. El sistema nervioso I: la red de comunicación interna de tu cuerpo
  3. Wikipedia

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