Potenciar el sistema inmune es posible con un funcionamiento óptimo del sistema nervioso

A medida que la pandemia del Coronavirus se extiende por todo el mundo, una de las preguntas que muchas personas se han hacen es: ¿Qué puedo hacer para ayudar a reforzar mi sistema inmunológico? Uno de los objetivos del cuidado quiropráctico es ayudar a tu cuerpo a funcionar con su máximo potencial, incluyendo la función del sistema inmunitario. Por lo tanto, veamos cómo el cuidado quiropráctico puede influir en la función de tus defensas. 

A día de hoy todos tenemos ya incorporado en nuestro día a día que hay varias medidas a tomar para impedir que los virus como el Covid-19 se propaguen: lavarse las manos frecuentemente con jabón, estornudar o toser en el codo o en un pañuelo desechable, el uso de mascarilla y guantes y mantener una distancia de seguridad con los demás. Sin embargo, lo que también es realmente importante es tener un sistema inmunológico sano y fuerte, porque es nuestra mejor defensa incorporada contra las bacterias y los virus que pueden atacar a nuestro organismo. Y, a pesar de que la ciencia ha descrito durante un largo período de tiempo al sistema inmune como una continuación del sistema nervioso (SN), todavía hoy nos resulta extraño aceptar que nuestro cuerpo tiene la capacidad de sanarse de dolencias y enfermedades, de prevenir infecciones y de deshacerse de células incoherentes a través de la actividad de nuestro sistema inmunológico. Existe un factor muy importante que afecta negativamente en las funciones del sistema inmune: el estrés. En momentos en los que estamos estresados nuestro organismo incrementa la producción de cortisol y adrenalina, sustancias químicas qué en contacto con las células de nuestro sistema inmunológico, las inactivan. Esto explica porque las personas con estrés crónico o depresión tienen una tendencia mayor a estar enfermos en comparación a las personas con menos estrés. Y, desgraciadamente, la situación de miedo generalizado que vivimos en la actualidad a causa el Covid, no nos ayuda en este sentido. Más bien al contrario, el miedo y la ansiedad (dos importantes y demostrados inmunosupresores) que padece una gran parte de la población hace que su sistema inmunitario se vea cada vez más debilitado.

Relación entre el sistema inmune y el sistema nervioso

sistema inmune
Una columna vertebral bien alineada influye positivamente en nuestra función inmunológica.

Las investigaciones han demostrado claramente que el sistema inmunitario depende del cerebro y del sistema nervioso central (SNC) para guiar la forma en que responde a las posibles amenazas sobre nuestra salud. El SN tiene un papel importante en alertar y guiar al sistema inmune a esos lugares de nuestro cuerpo en los que ha habido una infección o un daño importante. Del mismo modo también es el responsable de focalizar la respuesta inmunológica a un lugar específico del organismo, previniendo una respuesta sistémica o desmesurada y consiguiendo los resultados que el cuerpo necesita en esa situación concreta. Es decir, el SN se encarga de que el sistema inmunológico invierta la energía adecuada cuando sea requerido para evitar un derroche innecesario de energía que bien puede ser utilizada para otras funciones orgánicas. Estudios recientes (1), (2), (3) han descubierto vías nerviosas específicas utilizadas por nuestro SN para guiar y controlar al sistema inmunológico. Hay también estudios que demuestran y constatan la íntima relación entre nuestros sistemas nervioso e inmunitario. Un ejemplo de esto es la estrecha comunicación del SN con los glóbulos blancos (linfocitos). Esto implica que si existen alteraciones en la actividad nerviosa automáticamente se van a ver afectadas la actividad y la capacidad de los linfocitos en la destrucción de virus y células incoherentes (Solomon, 1998).

Estamos viendo a lo largo de este escrito como una disfunción de nuestro SN tiene efectos importantes sobre nuestra salud en general. Cuando existen subluxaciones en la columna vertebral, irremediablemente éstas afectan a nuestro SN. Así que cuando nos ajustamos con regularidad mejora la movilidad de la columna, ayudando a nuestro cerebro a «VER» con mayor precisión lo que está pasando en todo nuestro cuerpo. Tener una columna vertebral bien alineada influye en nuestra función inmunológica al mantener nuestro sistema nervioso bien comunicado entre sí y entre el resto del organismo. De aquí nace la importancia de cuidar nuestra columna vertebral, más allá del dolor de espalda que pueda provocar una afección en la misma.

Beneficios de la quiropráctica sobre tu sistema inmunitario

Diversos estudios (1) han medido los beneficiosos efectos que tienen los ajustes quiroprácticos sobre el sistema inmunitario. Se ha llegado a comprobar como siguiendo un cuidado quiropráctico pueden aumentar el número total de linfocitos T y B, de células NK, el número de anticuerpos y la actividad fagocitaria. En otras palabras, aumenta la capacidad del organismo en la producción de anticuerpos (linfocitos B), aumenta la capacidad del cuerpo para reconocer, responder y recordar antígenos (linfocitos T), se incrementa la destrucción de las células infectadas y de las células cancerosas regulando la respuesta inmunitaria (células NK) y hay un aumento en la capacidad de las células inmunitarais para rodear y destruir microorganismos, ingerir material extraño y eliminar células muertas (actividad fagocitarla).

Uno de los estudios (2) se ha enfocado en demostrar la eficacia de la quiropráctica en pacientes afectados por el VIH. En un período de 6 meses se ha notado una disminución del 8% de las células CD4* en personas que no seguían un cuidado quiropráctico mientras que personas que reciben los ajustes quiroprácticos de forma regular han visto un incremento de las mismas células en un 48%. (*CD4. Células inmunes que son atacadas y destruidas en personas con VIH).

La quiropráctica no trata ninguna enfermedad de forma directa. Sin embargo, cuando una persona se ajusta regularmente potencia el óptimo funcionamiento de su SN; esto, a su vez, se traduce en un organismo más sano y un sistema inmunológico más fuerte y mejor preparado (3). Al fin y al cabo, la quiropráctica ayuda a que nuestro propio cuerpo sea nuestro mejor médico. De hecho, de dos estudios científicos recientes que han investigado como la quiropráctica influye en el sistema inmunitario se ha concretado que: ajustarse con regularidad tiene un impacto sobre los niveles de químicos en el organismo (entre ellos, el cortisol) que son de suma importancia para una respuesta inmune saludable”.

Barcelona Quiropractic

Visto esto podemos apreciar que la quiropráctica juega un papel esencial en la prevención y el mantenimiento de una salud óptima. Desde Barcelona Quiropractic te animamos a que te cuides desde este mismo instante, sin esperar a sentirte mal o tener diversos síntomas. Los ajustes quiroprácticos, recibidos de forma regular, han demostrado desde hace tiempo su efectividad en este sentido.

Además de fortalecer tu salud en general, los ajustes quiroprácticos, al equilibrar el sistema nervioso autónomo, van a ayudarte a sentirte más relajado y van a propiciar una reducción de tu nivel de estrés, lo cual también es un punto a favor de fortalecer tu sistema inmunitario.

Si deseas recibir más información o estás interesado en mejorar el rendimiento de tu organismo ayudándole a prevenir riesgos futuros puedes llamarnos al 934 123 433 o bien mandarnos un Whats App al 601 059 849. ¡Estaremos encantados de atenderte y orientarte para que tu cuerpo rinda al máximo!

REFERENCIAS

  • (1) Cohn A. Chiropractic and Neuroimmune connection, J.Subluxation Res. 2008
  • (2) Selano J, Hightower B, Pflegere B, Collins K, Grostic J. The effects of specific upper cervical adjustments on the CD4 counts of HIV positive patients. Chiropr Res J 1994
  • (3) VanBreda L, Stellensboch S, Jones C,et al. A comparative study of the health status of children raised under the heath care models of chiropractic and allopathic medicine. The American Chiropractor. Sept 1993
  • (4) Kawli T, He F & Tan M-W. Disease models & mechanisms 2010;3(11-12):721-31.
  • (5) Buckingham JC, et al. Pharmacology Biochemistry and Behavior 1996;54(1):285-98.
  • (6) Elenkov IJ, et al. Pharmacological reviews 2000;52(4):595-638.
  • (7) Herkenham M & Kigar SL. Progress in neuro-psychopharmacology & biological psychiatry 2017;79(Pt A):49-57
  • (8) Kipnis J. Scientific American 2018;319(2):28-35.
  • (9) Kox M, et al. Proceedings of the National Academy of Sciences 2014;111(20):7379-84. P
  • (10) Pearce BD, Biron CA & Miller AH. Advances in Virus Research: Academic Press 2001:469-513.
  • (11) Sanders VM & Kohm AP. International review of neurobi- ology 2002;52:17-41.
  • (12) Uthaikhup S et al. Arch Gerontol Geriatric 2012;55(3):667-72.
  • (13) Haavik H & Murphy B. J Electromyogr Kinesiol 2012;22(5):768-76.
  • (14) Treleaven J. Man Ther 2008;13(1):2-11. 1
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  • (17) Haavik H, et al. 2017 doi: 10.1016/j.jmpt.2016.10.002
  • (18) Taylor HH & Murphy B. JMPT 2008;31(2):115-26.
  • (19) Colombi A & Testa M. Medicina 2019;55(8):448.
  • (20) Kovanur-Sampath K, et al. Musculoskeletal Science and Practice 2017;29:120-31.