La conexión entre tu cerebro y tu intestino

La conexión entre el cerebro y el intestino es esencial para el cuerpo. Un intestino permeable puede causar inflamación. Si esta señal llega al cerebro puede crear problemas como la disfunción de neurotransmisores a otros sistemas.

Al tiempo, una disfunción cerebral también puede provocar disbiosis (desequilibrio de la microbiota).

El nervio vago: del cerebro al intestino

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El nervio vago envía impulsos de ida a vuelta entre el cerebro y el intestino

Hay aproximadamente 100 mil millones de neuronas en el cerebro, mientras que el intestino contiene aproximadamente 500 millones. Estos 500 millones de neuronas están conectadas al cerebro a través del sistema nervioso.

Uno de los nervios más importantes (y el más largo) de tu cuerpo es el nervio vago. Este nervio envía y recibe impulsos nerviosos entre el cerebro y el intestino. Cuando nuestro cuerpo está estresado se inhibe la función del nervio vago. Esto genera problemas gastrointestinales o síndrome de colon irritable.

La microbiota intestinal: del intestino al cerebro

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Los miocrobios intestinales forman la barrera hematoencefálica

Los microbios que se encuentran en el intestino tienen la capacidad de producir neurotransmisores. Estos neurotransmisores se envían al cerebro y protegen la barrera intestinal, además de regular el sistema inmunitario de la mucosa.

Una de las muchas e importantes funciones de los microbios intestinales es que producen muchos SCFA (ácidos grasos de cadena corta). Estos SCFA forman la barrera hematoencefálica, ubicada entre el cerebro y el torrente sanguíneo. Esta barrera protege al sistema nervioso central de toxinas, patógenos, inflamación, lesiones y enfermedades.

Una buena conexión entre el cerebro y el intestino

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El 80% de nuestro sistema inmune se encuentra en el intestino.

Uno de los papeles más importantes de esta estrecha conexión se da en el sistema inmunitario. Nuestro sistema inmune controla la inflamación y todo lo que sucede en nuestro cuerpo.

Cuando el sistema inmunológico está en activo durante un tiempo prolongado, además de inflamación, puede producir trastornos cerebrales como la depresión y el Alzheimer. Incluso este estrés puede causar contracciones en el tracto intestinal, empeorar la inflamación en la permeabilidad intestinal y hacer que seamos más propensos a contraer infecciones.

Un cambio en los hábitos alimenticios y en el estilo de vida nos ayuda a eliminar el estrés del cuerpo, a cambiar nuestro estado anímico y a recuperarnos de enfermedades intestinales que podamos tener.

¡Si tu cerebro se siente bien, tu intestino se siente bien! ¡Si tu intestino se siente bien, tu cerebro se siente bien!

Barcelona Quiropractic

La quiropráctica es un método no invasivo y natural que ayuda a tu cuerpo a trabajar en óptimas condiciones.

Cuando una persona acude por primera vez a nuestra consulta le hacemos un reconocimiento completo. Una de las cosas que indagamos es si la persona tiene problemas digestivos. Si la respuesta es sí, vemos si hay relación con disfunciones en la columna vertebral.

Un sistema nervioso con problemas también es un factor clave a la hora de desarrollar ciertos trastornos digestivos. Las subluxaciones vertebrales, especialmente en la zona cervical, pueden entorpecer el funcionamiento del tronco cerebral, generando diversos problemas de salud. Nos damos cuenta, conforme la persona avanza en su cuidado quiropráctico, que sus trastornos digestivos desaparecen, o bien, disminuyen su intensidad y frecuencia.

Si tienes trastornos intestinales y quieres recibir más información o, simplemente, tener otra opinión, puedes contactarnos llamando al 601059849. También puedes hacerlo por Whats App.

¡Estaremos encantados de atenderte!

REFERENCIAS

  1. Carabotti, Marilia y col. «El eje intestino-cerebro: interacciones entre la microbiota entérica, el sistema nervioso central y el entérico». Anales de Gastroenterología, Hellenic Society of Gastroenterology, 2015, www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4367209/.
  2. Lucas, Sian-Marie, y col. «El papel de la inflamación en las lesiones y enfermedades del SNC». British Journal of Pharmacology, Nature Publishing Group, enero de 2006, www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1760754/.
  3. Sahar, T y col. «Modulación vagal de las respuestas al desafío mental en el trastorno de estrés postraumático». Psiquiatría Biológica, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., 1 Abr. 2001, www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11297721.
  4. Quiropráctica y problemas digestivos.
  5. La cara más saludable de las bacterias

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