La espina bífida en el bebé

La espina bífida en el bebé

¿Qué es la espina bífida?

La espina bífida es un defecto congénito de permanente discapacidad que hace referencia a que la columna vertebral se encuentra dividida. Se produce cuando el bebé todavía está en el útero materno y al formarse su columna vertebral, ésta no se cierra por completo. Aunque pueda parecer un tipo de patología poco habitual, lo cierto es que solo en los Estados Unidos nacen diariamente alrededor de 8 bebés con esta enfermedad o con un defecto parecido a nivel del cerebro o la columna.

Consecuencias y tipos de espina bífida

Aún hoy se desconocen los factores que hacen que un bebé nazca con espina bífida. Los médicos creen que se debe a factores genéticos y ambientales que, al interactuar entre ellos, pueden provocar esta enfermedad.  Hasta ahora se conocen cuatro tipologías de esta enfermedad, que comentamos a continuación:

  • Disrafia espinal oculta. Se utiliza este término para referirse a un hoyuelo en la espalda baja del bebé. Otros factores que denotan esta patología son manchas rojas en la piel e hiperpigmentadas en la espalda. También pueden aparecer mechones de pelo o pequeños bultos. Los bebés que padecen esta condición tienen graves problemas de crecimiento ya que su médula no puede desarrollarse de forma adecuada.
  • Espina bífida oculta. Es conocida con este término porque prácticamente el 15% de las personas que se consideran sanas la padecen y no lo saben. Generalmente no causa daños ni lesiones de evidencia (también los nervios y la médula están en buen estado). En cambio las personas descubren que la padecen al realizarse una radiografía de la espalda. De hecho el descubrimiento es accidental porque las personas se realizan esta prueba por otras razones. Solo en muy escasas ocasiones las personas con este diagnóstico experimentan dolor y síntomas neurológicos.
  • Meningocele. Es un quiste en forma de bolsa húmeda que se presenta como un defecto en la columna vertebral. El fluido nervioso está en el saco y generalmente no hay daños en los nervios. En cambio, las personas que tienen meningocele pueden experimentar discapacidades leves.
  • Espina bífida quística. Es el tipo más grave que existe. Se da cuando partes de la médula entran por la zona abierta de la columna vertebral, causando de este modo daños en los nervios y otras discapacidades. Entre el 70-90% de los niños que la padecen tienen una gran retención de líquido en el cerebro porque este líquido que protege el cerebro y la médula  no puede drenarse de forma correcta. La acumulación del mismo provoca presión e hinchazón. Debe tratarse correctamente ya que la cabeza del niño puede crecer demasiado en tamaño y causar daños cerebrales.

¿Cuáles son los tratamientos?

Esta enfermedad daña el tejido nervioso y, por ende, es imposible reemplazarlo. Por esta razón no tiene cura. A pesar de esto existen tratamientos de carácter eficaz que se centran en favorecer el funcionamiento y la independencia de los pequeños. El tipo de tratamiento va a depender del subtipo de esta patología que padezca el pequeño. Por ejemplo, un bebé con espina bífida quística, generalmente, es operado dos o tres días después de su nacimiento para prevenir infecciones y evitar de esta forma más daños en la médula espinal. Los niños con meningocele por lo general son tratados también con cirugía, aunque existe el riesgo de que el pequeño quede afectado por parálisis. Sin embargo, la mayoría de estos niños crecen bien, pero deben ser revisados por un médico para evitar problemas más serios. También los niños con disrafia espinal oculta deben ser tratados por un cirujano para mantener los nervios y el cerebro sin daños a medida que el niño crece.

¿Qué se consigue con la quiropráctica?

Si bien, como ya hemos comentado, esta enfermedad no puede revertirse, si se puede ayudar a que el niño aumente su independencia y movilidad. El primer objetivo con la quiropráctica es que el niño sea capaz de movilizarse por su cuenta, ya sea caminando o bien con una silla de ruedas si no es posible su marcha. Además de esto, la quiropráctica puede ayudar a la prevención de deformidades asociadas a la espina bífida. Esta patología no es muy frecuente, sin embargo, suele interferir en el desarrollo psicomotor del niño de manera importante. Los ajustes quiroprácticos juegan un papel importante en los niños para que logren mejorar su calidad de vida.

Barcelona Quiropractic

Si quieres recibir más información sobre este tema, o bien quieres la opinión personal de un quiropráctico, puedes ponerte en contacto con nosotros llamando al 934 123 433. Intentaremos resolver todas tus dudas y darte la información necesaria. Es importante conocer el estado de la patología del niño para poder aconsejar el mejor cuidado quiropráctico que se adapte a las necesidades inmediatas del pequeño.

 

 

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