Quiropráctica y estrés químico: Mercurio

Quiropráctica y estrés químico: Mercurio

Una de las princípiales causas de enfermedades y síntomas en el cuerpo humano, además de factores físicos y emocionales/mentales, es la contaminación química a la que estamos expuestos. Algunos en mayor y otros en menor grado. De todas maneras, es importante saber que todo aquello que no es orgánico nuestro cuerpo necesita transformarlo primero para, después, poder determinar qué hacer con ello. De no ser así, de no transformar nuestro organismo lo tóxico en orgánico, nuestro cuerpo moriría. Y si tu cuerpo está invirtiendo toda su energía en transformar lo tóxico en orgánico de forma continua ¿cómo va a invertirla en mejorar su rendimiento? Hoy, en Barcelona Quiropractic hablamos del conocido y utilizado Mercurio y de sus efectos adversos sobre nuestra salud.

Los efectos del Mercurio en la salud

El mercurio es un metal líquido que se encuentra de forma natural en la corteza de la Tierra. La emisión de mercurio puede darse con la actividad de los volcanes, la erosión de las rocas o, la más común, la actividad de los seres humanos. Esta última se caracteriza por el uso de calefacciones y cocinas, la combustión de carbón en centrales eléctricas, la incineración de residuos y la extracción minera de mercurio, oro y otros metales.

Existen varias formas de mercurio que se diferencian las unas de las otras por su grado de toxicidad. Podemos apreciar el mercurio elemental (o metálico), el mercurio inorgánico (que puedes encontrar en ciertos trabajos) y el orgánico (que se instala en el cuerpo humano por la ingesta de alimentos).

Pero, ¿cómo es posible que las personas lleguemos a ingerir mercurio con determinados alimentos? Esto sucede porque una vez que el mercurio ha sido liberado al medio ambiente, algunas bacterias lo transforman en metilmercurio, que empieza a acumularse en peces y mariscos. Los grandes peces devoradores tienen más probabilidades de tener niveles más altos de mercurio por el hecho de haber consumido muchos peces pequeños. Teniendo todo esto en cuenta, entonces las principales vías de contaminación con mercurio se dan en el consumo de pescado y marisco contaminado. También en trabajadores expuestos a vapores de mercurio desprendidos en procesos industriales. La contaminación por mercurio representa un grave problema para la salud humana y ambiental, que causa una variedad de efectos adversos en todo el mundo.

¿Quién es más vulnerable a los efectos del mercurio?

En términos generales hay dos grupos especialmente vulnerables a los efectos del mercurio. Los fetos son sensibles sobre todo a sus efectos sobre el desarrollo. La exposición intrauterina a metilmercurio por consumo materno de pescado o marisco puede dañar el cerebro y el sistema nervioso en pleno crecimiento del bebé. La principal consecuencia sanitaria del metilmercurio es la alteración del desarrollo neurológico. Por ello, la exposición a esta sustancia durante la etapa fetal puede afectar ulteriormente al pensamiento cognitivo, la memoria, la capacidad de concentración, el lenguaje y las aptitudes motoras y espacio-visuales finas del niño.

El segundo grupo es el de las personas expuestas de forma sistemática (exposición crónica) a niveles elevados de mercurio (como poblaciones que practiquen la pesca de subsistencia o personas expuestas en razón de su trabajo). En determinadas poblaciones que practican la pesca de subsistencia (del Brasil, el Canadá, China, Columbia y Groenlandia) se ha observado que entre 1,5 y 17 de cada mil niños presentaban trastornos cognitivos (leve retraso mental) causados por el consumo de pescado contaminado.

Riesgos que comporta el uso de mercurio en hospitales, clínicas y laboratorios

Los derrames de mercurio en hospitales, clínicas y laboratorios exponen a los médicos, enfermeros, pacientes y otros trabajadores del cuidado de la salud al mercurio elemental. A temperatura ambiente, el mercurio elemental líquido se puede transformar en gas en cantidades significativas, exponiendo a los trabajadores o pacientes del lugar a niveles potencialmente altos del metal. Si se descarta entre los residuos comunes, el mercurio tarde o temprano llega al medio ambiente donde los organismos que viven en ríos, lagos o en el suelo húmedo pueden transformarlo en el altamente tóxico mercurio orgánico. Este tipo de mercurio, que daña el sistema nervioso a niveles extraordinariamente bajos, persiste y se acumula en animales, peces y en el medio ambiente global.

Efectos que comporta la exposición al mercurio

El mercurio elemental y el metilmercurio son dos elementos tóxicos para el sistema nervioso central y el periférico. La inhalación de vapor de mercurio puede ser perjudicial para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo y los pulmones y riñones, con consecuencias a veces fatales. Tras la inhalación o ingestión de distintos compuestos de mercurio o tras la exposición cutánea a ellos se pueden observar trastornos neurológicos y del comportamiento, con síntomas como temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, cefalea o disfunciones cognitivas y motoras. En trabajadores expuestos durante varios años a niveles atmosféricos de al menos 20 μg/m3 de mercurio elemental se pueden observar signos subclínicos leves de toxicidad para el sistema nervioso central. Se han descrito efectos en los riñones que van de la proteinuria a la insuficiencia renal.

¿Cómo reducir la exposición humana a fuentes de mercurio?

Hay varias formas de prevenir los efectos perjudiciales para la salud, por ejemplo fomentar las energías limpias, dejar de utilizar mercurio en las minas auríferas, acabar con la minería del mercurio o eliminar progresivamente productos no esenciales que contienen mercurio.

El mercurio está presente en muchos productos, entre ellos los siguientes:

  • Pilas
  • Instrumental de medida como termómetros y barómetros
  • Interruptores y relés eléctricos en diversos aparatos
  • Lámparas (incluidos ciertos tipos de bombilla)
  • Amalgamas dentales
  • Productos para aclarar la piel y otros cosméticos
  • Productos farmacéuticos

Se están adoptando muy diversas medidas para reducir los niveles de mercurio en ciertos productos o retirar progresivamente otros productos que lo contienen. En el sector sanitario los termómetros y tensiómetros que contienen mercurio están siendo reemplazados por dispositivos alternativos. Poco a poco, las amalgamas dentales están siendo sustituidas por otros materiales, como el composite, dando el mismo resultado para la reconstrucción de las piezas dentales y evitando posibles efectos secundarios de las amalgamas como los ya conocidos dolores de cabeza.

Es de vital importancia hacer saber que el tiomersal (etilmercurio) se utiliza como conservante en algunas vacunas. Actualmente no hay datos indicativos de que las cantidades de tiomersal utilizadas en las vacunas humanas supongan un posible peligro para la salud.

Desde Barcelona Quiropractic informamos que el mercurio se acumula en el organismo, ya que no es eliminado como otras sustancias. Es por ello que aconsejamos siempre informase de todos los pros y los contras que supone la vacunación, en especial para embarazadas, recién nacidos y niños.

 

Más información en:

https://saludsindanio.org/americalatina/temas/mercurio

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs361/es/

 

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