Esta es la segunda parte de una serie de posts que hablan sobre la anatomía de la columna vertebral. El primero estaba centrado en las curvaturas de la columna.

Anatomía de la columna (II). Relación entre las vértebras y los órganos del cuerpo

¿Sabes cómo se relacionan las vértebras dorsales, cervicales,  lumbares y sacro con los órganos de nuestro cuerpo? Esta es la segunda parte de una serie de posts que hablan sobre la anatomía de la columna vertebral. El primero estaba centrado en las curvaturas de la columna.

La columna vertebral es nuestro sostén, esa parte del cuerpo que nos permite caminar y ponernos de pie. Además, es la estructura que protege nuestro sistema nervioso. La columna es mucho más importante de lo que hasta ahora hemos creído y está íntimamente relacionada con todos nuestros órganos.
Es común que asociemos la columna vertebral con dolores de espalda y, en ocasiones, también con irradiación hacia extremidades. Pero esa es solo una leve secuela de lo que supone tener problemas en la columna vertebral. Además de esto los problemas de la columna pueden verse reflejados en los órganos de nuestro cuerpo. Esto causa no solo dolor de cabeza o espalda sino también trastornos digestivos, respiratorios e incluso ginecológicos, entre otros.

Uno de los casos más comunes en el que los médicos relacionan la columna con ciertas patologías relacionadas es el dolor de cabeza, normalmente producido por dormir en una mala postura o como resultado de un mal movimiento con el cuello. Pero, ¿qué más conexiones hay entre nuestra columna y nuestro organismo?

Vértebras y órganos del cuerpo


Para que podamos comprender más todo esto es necesario que conozcamos un poco más a fondo las diferentes zonas de la columna y su relación con el resto del organismo. La columna se divide en diferentes partes: cervical, dorsal, lumbar, sacro y coxis. Cuando existen problemas en una o más zonas de la columna, concretamente en vértebras determinadas, los síntomas no solo aparecen en la espalda. Además podemos encontrar relaciones estrechas entre las vértebras y las emociones (que veremos en el próximo artículo del blog) y las enfermedades:

Cervicales

C1: es la primera cervical y es la que da soporte a nuestra cabeza. Bloqueos en esta vértebra provocan migrañas y problemas nerviosos.
C2: permite el movimiento de la cabeza y está relacionada con los órganos sensoriales (ojos, oídos, nariz y boca).
C3: si esta vértebra no está sana puede provocar daños en la piel, en los huesos y en los nervios del rostro, las orejas y los dientes.
C4, C5, C6: estas tres cervicales están ubicadas en el mismo nivel que la glándula tiroides, esto indica la estrecha relación que tienen con ella. Se relacionan con la voz, la garganta y las cuerdas vocales y pueden provocar enfermedades de laringe, faringe, etc.
C7: el estado de la última cervical puede afectar a los brazos, los codos, las manos y los hombros al producir inflamación o no permitir la libertad en los movimientos.

Dorsales

T1: los problemas con esta vértebra comportan dificultades respiratorias.
T2: acostumbra a manifestarse con dolores en el corazón y/o en los pulmones.
T3: conectada a la actividad respiratoria y al pecho.
T4: si esta dorsal está bloqueada o en mal estado puede ocasionar problemas en la vesícula biliar.
T5: el mal estado de esta vértebra se manifiesta con malestar en el hígado y con problemas de sangre.
T6: si esta dorsal no está en buenas condiciones provoca dolores estomacales.
T7: conectada al páncreas y al duodeno.
T8 y T9: Son las vértebras que se encuentran a la altura del diafragma y que, además, lo manejan. Problemas en el bazo, alergias y urticaria son las reacciones más comunes cuando existen problemas a esta altura de la columna.
T10: problemas con esta vértebra pueden provocar dolor en los riñones.
T11: puede causar enfermedades o problemas en la piel como acné o eccemas.
T12: un desequilibrio en esta vértebra provoca males intestinales, dolores articulares, afecciones en las trompas de Falopio y una deficiente circulación linfática.

Lumbares

L1: puede producir problemas en el intestino y el colon, como disentería o estreñimiento.
L2: puede provocar varices, dolores en la zona abdominal y apendicitis.
L3: relacionada directamente con los óganos genitales, la vejiga y las rodillas. También, si hay problemas en esta vértebra lumbar, puede provocar artritis.
L4: conlleva dolores en el nervio ciático y, además, en el caso de los hombres, problemas de próstata.
L5: principalmente causa dolores en las piernas, las rodillas y los pies.

Sacro


S1, S2 y S3: problemas relacionados con los órganos sexuales.
S4 y S5: dolencias y problemas de fertilidad, herpes, cistitis, cálculos, diarrea y estreñimiento.

Por último, una malformación o mala posición del coxis puede desencadenar problemas intestinaes, urinarios, reproductivos, circulatorios y digestivos.

Barcelona Quiropractic


Es común, más de lo esperado, que las personas que acuden a nuestra consulta con dolores de espalda acaben por mejorar esos síntomas pero, además, mejoren su asma, depresión, mareos, problemas digestivos, etc. No queremos decir con esto que la quiropráctica mejore un síntoma en concreto, sino que gracias a los ajustes quiroprácticos y al correcto alineamiento de las vértebras, se consigue liberar el sistema nervioso. De esta forma, todas y cada una de las partes del cuerpo, órganos incluidos, reciben el alimento necesario (impulso nervioso) para funcionar de forma correcta y eficiente.
Si quieres recibir más información o quieres una nueva opinión acerca de la salud de tu columna y de cómo ésta influye en el resto de tu cuerpo, puedes contactarnos en el 934 123 433 o bien en el 601 059 849. Estaremos encantados de atenderte y resolver tus dudas.